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Granada, Spain
Nací en Cazorla (Jaén), el rincón más entrañable del mundo para mí, allí pasé mi infancia y primera adolescencia. Después en Madrid 16 años, ciudad generosa que acoge a todo el mundo, pero demasiado grande para mi alma rural. Por último en Granada ya más de 20 años, fue el paraíso encontrado después de salir del centro de Madrid. Licenciada en Historia Antigua, la enseñanza ha sido mi principal ocupación.

miércoles, 31 de marzo de 2010

Por qué no soy feminista

Definirse seguidora de una corriente o un pensamiento significa aceptar todos los postulados del mismo. Renunciar a objeciones personales. En el caso del feminismo, reconozco la buena voluntad de sus defensores, pero no puedo compartir sus métodos.


Creo en la necesaria igualdad de los seres humanos, independientemente de su raza, condición y, naturalmente, sexo. Y porque sé que mis capacidades se pueden comparar a las de cualquier otra persona, hombre o mujer, cada cual con sus diferencias, me siento humillada cuando se nos dedican a las mujeres políticas de discriminación positiva, como si fuéramos seres con alguna minusvalía que nos impidiera desarrollar nuestra función. No necesitamos estas políticas, sino leyes que nos abran las puertas de par en par, para que nada nos dificulte el camino por ser mujeres. Solamente eso. La paridad en los gobiernos me parece tan artificial y poco eficaz como injusta. Cuántos valores se perderán, de uno y otro sexo, por estar fuera del cupo establecido. Si la sociedad dispone de las personas más capaces para desempeñar un cargo o un trabajo, independientemente de su sexo, estoy segura de que las mujeres, junto con los hombres, podemos llegar a lo más alto, sin diferencias, sin enfrentamientos (que en eso se convierte a veces el feminismo en boca de determinadas personas, enfrentamiento entre sexos, odiosas comparaciones y reproches que no llevan a nada). No necesitamos un Ministerio de la Igualdad, sino que haya igualdad en todos los ministerios. En todos los ministerios y en cada lugar y situación del mundo en que vivimos.

No entro a una librería cuando leo “Literatura femenina”, ni me atrae evento alguno sólo para mujeres o de mujeres. ¿Por qué me voy a privar de lo que puede ofrecerme el otro sexo?. Lo quiero todo. La humanidad es muy rica con hombres y mujeres juntos. De manera natural. Sin trabas para nadie, pero sin políticas humillantes que nos priven del mérito de lo que hemos conseguido. Recuerdo aquel gitano que decía: “Señor, no te pido que me des, pero ponme donde haya”. Nosotras igual, no queremos que nos den, preferimos ganárnoslo porque sabemos hacerlo, sólo necesitamos que se eliminen los impedimentos (por suerte cada vez menos) que nos impiden llegar a donde hay. Por eso no soy feminista.